Sí. Habían detectado que había un hueco de mercado por debajo del 600.
El problema era que el coche era, motor a parte, muy parecido estructuralmente a su hermano mayor. Y costaba casi lo mismo. Por un poco más, compraban un 600, que era mucho más coche y que era un coche realmente barato.
De aquella cuando se habla del 500 o del 600 se habla de coches mínimos, pero de coches al fin y al cabo. En 1955, cuando se lanza el 600 al mercado, muchas marcas venden microcoches, desde los Goggo de Glas a los Isetta de BMW, pasando una infinidad de modelos a cual más curioso, como el Biscuter, y, con frecuencia, no necesariamente baratos. O no más que un 600, que de aquella, era incluso hasta relativamente prestacional y así se publicita.
Una cosa que me llama la atención de las memorias de Giacosa son los experimentos que hacen al desarrollar ambos modelos, pero muy en especial en el 600, utilizando motores en estrella, bicilíndricos, etc. para terminar, en el caso del 600, en un convencional L4. También son curiosas las dificultades que encuentran para darle un comportamiento sano y seguro. Es curioso que, en 1952, ya estaba casi "congelado" el modelo y que pasaran casi 3 años hasta que se presenta.
Tiempos de penurias, pero también de ilusión. Ahora, en cambio, volvemos a las penurias, pero sin ilusión.
El problema era que el coche era, motor a parte, muy parecido estructuralmente a su hermano mayor. Y costaba casi lo mismo. Por un poco más, compraban un 600, que era mucho más coche y que era un coche realmente barato.
De aquella cuando se habla del 500 o del 600 se habla de coches mínimos, pero de coches al fin y al cabo. En 1955, cuando se lanza el 600 al mercado, muchas marcas venden microcoches, desde los Goggo de Glas a los Isetta de BMW, pasando una infinidad de modelos a cual más curioso, como el Biscuter, y, con frecuencia, no necesariamente baratos. O no más que un 600, que de aquella, era incluso hasta relativamente prestacional y así se publicita.
Una cosa que me llama la atención de las memorias de Giacosa son los experimentos que hacen al desarrollar ambos modelos, pero muy en especial en el 600, utilizando motores en estrella, bicilíndricos, etc. para terminar, en el caso del 600, en un convencional L4. También son curiosas las dificultades que encuentran para darle un comportamiento sano y seguro. Es curioso que, en 1952, ya estaba casi "congelado" el modelo y que pasaran casi 3 años hasta que se presenta.
Tiempos de penurias, pero también de ilusión. Ahora, en cambio, volvemos a las penurias, pero sin ilusión.