Esta tarde mi hija me ha pedido que la llevara a cambiar un regalo que le hicieron que tenía un defectillo, hemos ido en el Giulia, le han admitido la garantía, y como no tenían para cambiarselo ha elegido otro mas caro, y yo he salido perdiendo claro, de allí al gimnasio, “papá que no llego“, y con lo del COVID sino a llegó a tiempo pierdo la hora, y a mi, que estando en el coche con alguien, no hay nada que me motive más que oír “llegamos tarde”, ufff.... como me motiva: nada de eso hija, claro que llegas a tiempo, selector en D y camino del gimnasio como sino hubiera mañana (es una forma de hablar) parada en semáforo, vía rápida de cuatro carriles, verde, salida.... mi hija... papa por favor.... yo: calla que llegas justo, siguiente semáforo, por la derecha veo llegar un coche, un Kia Ceed, escopetao, frenada a saco, y mi hija me dice, este se ha picado papi.... y no para de mirar el coche, no debe saber mucho de coches... al final se la va a pegar....
Para mis adentros: esta es mi niña....
Yo si algún día soy padre, quiero una hija así de alfista
Yo hoy no traigo una anécdota concreta de esta semana, pero sí que el descaro con el que los chavales jovencitos le hacen la radiografía al coche es espectacular... Últimamente por Madrid lo miran mucho y sin cortarse un pelo, con cero disimulo
Lo cual me recuerda, la última ruta de agosto, subí el puerto de la Morcuera y puse autofoto en avistamientos de lo solo que me sentí no viendo ni un Giulia en 200km entre la ida y la vuelta a Madrid de nuevo.
Pues entrando en Rascafría, íbamos despacio por el empedrado, en lo que me adelanta un Audi S5 Sportback negro y llega a un STOP.
En lo que él va a girar a la derecha doy el intermitente izquierdo y me dice mi novia entre risas "¡mira los niños!"
Y efectivamente, al otro lado de la acera, a escasos 5 metros del coche, unos chavalines de unos 7-10 años, mirando hacia la izquierda mientras avanzábamos, ignorando al Audi y señalando el Giulia y como locos pegando saltos y saludando con la mano. Desde luego los niños a veces expresan más devoción por el coche que los adultos... Supongo que por no estar tan influenciados por los patrones de compra y el cuñadismo.
Siguiendo con esa anécdota tengo otra que se remonta a los primeros días de acabar el estado de alarma, llegaba mi cumpleaños y el coche con dos recién cumplidos, subía conmigo a casa de una amiga de mi novia.
Un poco antes de irnos mi chica y yo, mientras charlábamos con su amiga aparece el niño del vecino (vecino con BMW Serie 3 E46 Touring y Audi A4 también entrado en años). Con unos seis añitos que tendría el niño empieza a decir que menudo cochazo... A mirar el difusor, el escape, las humildes llantas de 17... Yo ufano como un pavo con el pecho alfista hinchado, le digo - ¿Quieres montar? - y con una sonrisa de oreja a oreja va hacia el asiento, decidido cual piloto en el Jarama, y nada más sentarse se queda mirando el volante con unos ojos como platos.
Si he sentido alguna vez una conexión hombre máquina con mi coche, siempre ha sido mirándolo o conduciendo, pero aquel día ese chaval hizo correr Quadrifoglios por mis venas, y sentirme el alfista más afortunado del mundo por tener semejante e infravalorado cochazo, gracias a un niño sincero y apasionado, que añadió que le gustaba más el Giulia que los coches de su padre...
Por último me pidió arrancarlo para escucharlo y de nuevo la sonrisa de pillo de "coche suena nene guta"
Y en el fondo me recordó que el niño que llevo dentro solo necesita de juguetes un volante y un RACE
Salud y CUORE