¡TVR ha vuelto! El nuevo TVR Griffith es el deportivo old-school que el mundo necesitaba
Sergio Álvarez | @sergioalvarez88 | 8 de Septiembre de 2017
Muchos llevábamos tiempo esperando este momento. El primer TVR en más de 10 años ya está aquí. Ha sido una dura travesía por el desierto para los aficionados a la marca, cuyo último coche fabricado en serie – aquél maravilloso Sagaris – salió de las líneas de Blackpool en el lejano año 2006. Tras un infructuoso paso por las manos de Nikolai Smolenksy, la empresa fue adquirida por el millonario Les Edgar. Tras varios años de trabajo y desarrollo, sale a la luz el primer TVR de una nueva – y esperemos que próspera – era: se llama TVR Griffith y es el deportivo old-school que el mundo necesitaba.
El TVR Griffith ha sido construido usando técnicas innovadoras, idea de Gordon Murray. Hablamos de una estructura tubular de fibra de carbono para su chasis, patentada por el creador del McLaren F1, y denominada iStream. Se ha conseguido una rigidez superior a un chasis convencional, con un coste inferior a un monocasco de fibra de carbono y un coste de producción mucho más asequible. Sobre este chasis tubular se ha colocado una carrocería en la que la aerodinámica juega un papel fundamental, pero con claras reminiscencias al pasado de la marca – por mandato expreso de los directivos de la marca.
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El TVR Griffith mide 4,31 metros de largo, tiene unas proporciones clásicas y su distribución de pesos es perfecta: 50/50.
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En sus líneas podemos ver trazas del antiguo TVR Sagaris, en una zaga de inusitada agresividad, o el alargado capó de regusto neoclásico de los últimos Griffith, producidos en la década de los años 90. Las ópticas son un claro homenaje a aquellos deportivos, con los que comparte una arquitectura biplaza y un motor de ocho cilindros. Como antes os decía, la aerodinámica ha sido clave en el desarrollo del nuevo TVR Griffith, y prueba de ello es su fondo completamente plano o su alerón, que se eleva en función de la velocidad y desdobla su funcionamiento como aerofreno. Ningún detalle ha sido descuidado.
Otro de los padres de esta criatura es Cosworth. El especialista británico en motores ha partido de la base del motor 5.0 V8 Coyote de los Ford Mustang GT y lo ha transformado en un bestial atmosférico de 500 CV de potencia y alto régimen de giro. Gracias a que este biplaza sólamente pesa 1.250 kilos, es capaz de acelerar hasta los 100 km/h en menos de cuatro segundos, alcanzando una velocidad punta de 320 km/h. El TVR Griffith es un coche purista: se ofrecerá únicamente con propulsión trasera y una caja de cambios manual de seis relaciones – en concreto una Magnum XL firmada por el especialista Tremec.
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Aunque posee ayudas electrónicas a la conducción, su interferencia es mínima: no queremos que sean “las muletas” del conductor, afirman desde la marca.
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Su interior es muy funcional, con una instrumentación digital y un salpicadero minimalista, con todos los controles agrupados en torno al volante. Sin florituras y con solo tapizados en Alcantara como lujo, queda claro que se trata de un coche hecho para ser conducido. Un modo Sport flexiona aún más sus músculos, actuando sobre la respuesta del motor y la dureza de la dirección asistida eléctrica, entre otros parámetros. Su suspensión es ajustable y su tren de rodaje cuenta con elementos de primer nivel, como frenos rallados firmados por AP Racing, con discos de 370 mm instalados en el eje delantero.
Cuenta con neumáticos deportivos de hasta 275 mm de sección en el tren trasero. Los precios de este nuevo TVR Griffith arrancan en 90.000 libras esterlinas para las 500 unidades del Launch Edition, reservados ya por 500 clientes fieles a la marca. La producción podría llegar a ser de hasta 2.000 unidades anuales, en función de la demanda. Esperan estar produciendo en torno a 1.000 unidades en 2018, en unas nuevas instalaciones situadas en Gales. El coche se venderá también con volante a la derecha – el foco de TVR siempre será el mercado británico – pero no será por el momento exportado fuera de Europa.
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Es un biplaza de dimensiones contenidas, con una relación peso-potencia de 400 CV/tonelada. Es casi 20 cm más corto que un Porsche 911.
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Fuente: Autocar
Muchos llevábamos tiempo esperando este momento. El primer TVR en más de 10 años ya está aquí. Ha sido una dura travesía por el desierto para los aficionados a la marca, cuyo último coche fabricado en serie – aquél maravilloso Sagaris – salió de las líneas de Blackpool en el lejano año 2006. Tras un infructuoso paso por las manos de Nikolai Smolenksy, la empresa fue adquirida por el millonario Les Edgar. Tras varios años de trabajo y desarrollo, sale a la luz el primer TVR de una nueva – y esperemos que próspera – era: se llama TVR Griffith y es el deportivo old-school que el mundo necesitaba.
El TVR Griffith ha sido construido usando técnicas innovadoras, idea de Gordon Murray. Hablamos de una estructura tubular de fibra de carbono para su chasis, patentada por el creador del McLaren F1, y denominada iStream. Se ha conseguido una rigidez superior a un chasis convencional, con un coste inferior a un monocasco de fibra de carbono y un coste de producción mucho más asequible. Sobre este chasis tubular se ha colocado una carrocería en la que la aerodinámica juega un papel fundamental, pero con claras reminiscencias al pasado de la marca – por mandato expreso de los directivos de la marca.
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El TVR Griffith mide 4,31 metros de largo, tiene unas proporciones clásicas y su distribución de pesos es perfecta: 50/50.
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En sus líneas podemos ver trazas del antiguo TVR Sagaris, en una zaga de inusitada agresividad, o el alargado capó de regusto neoclásico de los últimos Griffith, producidos en la década de los años 90. Las ópticas son un claro homenaje a aquellos deportivos, con los que comparte una arquitectura biplaza y un motor de ocho cilindros. Como antes os decía, la aerodinámica ha sido clave en el desarrollo del nuevo TVR Griffith, y prueba de ello es su fondo completamente plano o su alerón, que se eleva en función de la velocidad y desdobla su funcionamiento como aerofreno. Ningún detalle ha sido descuidado.
Otro de los padres de esta criatura es Cosworth. El especialista británico en motores ha partido de la base del motor 5.0 V8 Coyote de los Ford Mustang GT y lo ha transformado en un bestial atmosférico de 500 CV de potencia y alto régimen de giro. Gracias a que este biplaza sólamente pesa 1.250 kilos, es capaz de acelerar hasta los 100 km/h en menos de cuatro segundos, alcanzando una velocidad punta de 320 km/h. El TVR Griffith es un coche purista: se ofrecerá únicamente con propulsión trasera y una caja de cambios manual de seis relaciones – en concreto una Magnum XL firmada por el especialista Tremec.
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Aunque posee ayudas electrónicas a la conducción, su interferencia es mínima: no queremos que sean “las muletas” del conductor, afirman desde la marca.
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Su interior es muy funcional, con una instrumentación digital y un salpicadero minimalista, con todos los controles agrupados en torno al volante. Sin florituras y con solo tapizados en Alcantara como lujo, queda claro que se trata de un coche hecho para ser conducido. Un modo Sport flexiona aún más sus músculos, actuando sobre la respuesta del motor y la dureza de la dirección asistida eléctrica, entre otros parámetros. Su suspensión es ajustable y su tren de rodaje cuenta con elementos de primer nivel, como frenos rallados firmados por AP Racing, con discos de 370 mm instalados en el eje delantero.
Cuenta con neumáticos deportivos de hasta 275 mm de sección en el tren trasero. Los precios de este nuevo TVR Griffith arrancan en 90.000 libras esterlinas para las 500 unidades del Launch Edition, reservados ya por 500 clientes fieles a la marca. La producción podría llegar a ser de hasta 2.000 unidades anuales, en función de la demanda. Esperan estar produciendo en torno a 1.000 unidades en 2018, en unas nuevas instalaciones situadas en Gales. El coche se venderá también con volante a la derecha – el foco de TVR siempre será el mercado británico – pero no será por el momento exportado fuera de Europa.
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Es un biplaza de dimensiones contenidas, con una relación peso-potencia de 400 CV/tonelada. Es casi 20 cm más corto que un Porsche 911.
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Fuente: Autocar
