Los coches son mejorados por las marcas permanentemente.
Hay distintos tipos de cambios.
Unos son pequeños, fruto del feed-back con concesionarios y clientes, o bien fruto de mejoras en la propia línea de montaje. Hacen frente a imprevistos no detectados en la preserie. Afecta al coche en sí y al software.
Puede ser un proceso continuo, casi día a día. Es el caso de Renault, por ejemplo. En el Captur, por ejemplo,m tuvieron que modificar cosas como los anclajes de la bandeja posterior, que sonaba, o las de los plásticos de los pasos de rueda, que se caían.
Puede ser un proceso anual (a menos que se detecte algo muy serio). Se puede modificar antes, pero se aplican tras el verano por ejemplo, aprovechando el cierre estival. Creo que es el caso de la Giulia: por lo que vamos viendo, hay detalles minúsculos que varían de unas series a otras, como agunos protectores que llevan los 2017 y no los de 2016, u otros, como los rectangulares de ta tapa del maletero, que llevan los 2018 y no los 2017. Y así.
Los cambios en el escalamiento de la gama o en los equipamientos responden a esta misma lógica.
Otros son los previstos generalmente a media vida, tres o cuatro años de vida del producto, y que, más o menos, estàn previstos por el fabricante para responder a los avances inevitables en equipamientos, acabados, o exisgencias legales. En parte responden también a cubrir alguna debilidad o imprevusto con el modelo. Y siempre, a dar un imulso comercial al modelo. Es el caso del Giulia/Stelvio 2020, que no sabemos si constará de dos fases, una digamos interna, de equpamientos y gama y otra estética y quizá de motores, en uno o dos años o si nos quedaremos con lo presente. De haber una estética, suelen ser para adpatarse a nuevos lenguajes de estilo (digamos un Giulia "tonalizado" con faros estrechos y siempre de ledes, por ejemplo).
Creo que damos muchas vueltas a cosas que, de una forma u otra, son normales. Incluidas posibles "prisas" por sacar un modelo a la venta, algo de lo más habitual. Que a veces sorprende cómo son los desarrollos (o más bien sus premisas) de producto. En el caso de la Giulia, si se puede manifestar en algo esa prisa es el software, y no tanto en el de serie como en la ausencia de versiones avanzadas. Recuerdo productos, como el último Saab 9-5, lanzado casi de forma agónica sobre base GM, y del que se decía que se le notaba que le habñian faltado unos cientos de millones en su desarrollo, especialmente a nivel de suspensiones o rodadura. O los problemas de Peugeot con el software. O los de VAG. O....