Se lía parda entre supuestos aliados de la OTAN
Así sucedieron los acontecimientos. Como en las mejores películas.
El 9 de junio, la fragata francesa Courbet, integrada en la Operación Sea Guardian, de seguridad marítima en el Mediterráneo, bajo control operativo del Mando Naval de la OTAN en Northwood (Reino Unido), recibió orden de controlar al Cirkin, un Ro-Ro (buque mercante con una rampa para cargar vehículos) con bandera de Tanzania, sospechoso de contrabando de armas en Libia, contraviniendo el embargo decretado por Naciones Unidas.
Imagen de la Fragata Francesa "Courbet"
Lo cierto es que había antecedentes y se tuvieron en cuenta. Entre enero y mayo de 2020, el buque había navegado por el mar Negro, entre los puertos rusos de Tuapse y Novorossiysk y el turco de Samsun. Antes de entrar en Misrata (Libia), el 28 de mayo, había cambiado de nombre, anteponiendo el prefijo Cir al original Kin; y, entre el 2 y el 7 de junio, hizo escala en Haydarpasa, enfrente de Estambul, lugar dónde posiblemente borró la matrícula que la Organización Marítima Internacional adjudica a todos los buques. Cuando salió a navegar, desconectó el sistema de identificación automática (AIS), que permite hacer un seguimiento del barco y que es obligatorio para buques comerciales de gran tamaño.
Hacia el mediodía del 10 de junio, la fragata italiana Carabinieri, que también formaba parte de la flota de la OTAN, entró en contacto con el Cirkin (ya renombrado) y recibió orden de permanecer junto al buque, lo que sirvió a la Courbet, al mando del operativo, para aproximarse a la zona. La Courbet pidió explicaciones por radio y el capitán del barco aseguró que los 54 contenedores que llevaba en cubierta (avistados por un avión espía estadounidense que sobrevoló la zona) contenían material sanitario, se desconoce el volumen de mercancía que llevaba en bodegas y cubiertas inferiores. Al parecer resultó poco convincente, por lo que la Courbet se preparó para una “inspección no cooperativa”.
Contrabando de armas
Durante la maniobra, dos fragatas turcas que escoltaban el convoy, la Oruçreis y la Gakova se interpusieron en su camino. Por tres veces, en un intervalo de solo 10 minutos, los radares de la Oruçreis iluminaron a la fragata francesa, lo que equivale a señalarla como objetivo de sus misiles; mientras que los tiradores turcos destaparon las ametralladoras de calibre 12.70 y se colocaron los chalecos antibalas. Un helicóptero SH-70 despegó del buque turco y se mantuvo en posición estacionaria sobre la cubierta sin llegar a alejarse.
El Ministerio de Defensa francés denunció la “conducta extremadamente agresiva y hostil” de Turquía contra “un buque de la OTAN, bajo mando de la OTAN, en misión de la OTAN”. Según se ha sabido luego, el Cirkin ya había sido interrogado por el buque griego Spetsai, integrado en la misión Irini de la UE, cuyo objetivo es precisamente vigilar el contrabando de armas hacia Libia. Sin embargo este hecho era desconocido por el Mando Marítimo de la OTAN, ya que, a mediados de mayo, a petición de Turquía, se había prescindido del oficial de enlace de la UE en el cuartel aliado de Northwood y no había intercambio de información entre ambas organizaciones.
Francia ha distribuido fotografías de la fragata turca, tomadas durante el incidente, que parecen avalar su versión, a juicio de los expertos.
Turquía, sin embargo, desmiente el incidente y pide disculpas públicas de Francia por tratarse de acusaciones serias y sucias.
Así sucedieron los acontecimientos. Como en las mejores películas.
El 9 de junio, la fragata francesa Courbet, integrada en la Operación Sea Guardian, de seguridad marítima en el Mediterráneo, bajo control operativo del Mando Naval de la OTAN en Northwood (Reino Unido), recibió orden de controlar al Cirkin, un Ro-Ro (buque mercante con una rampa para cargar vehículos) con bandera de Tanzania, sospechoso de contrabando de armas en Libia, contraviniendo el embargo decretado por Naciones Unidas.
Imagen de la Fragata Francesa "Courbet"
Lo cierto es que había antecedentes y se tuvieron en cuenta. Entre enero y mayo de 2020, el buque había navegado por el mar Negro, entre los puertos rusos de Tuapse y Novorossiysk y el turco de Samsun. Antes de entrar en Misrata (Libia), el 28 de mayo, había cambiado de nombre, anteponiendo el prefijo Cir al original Kin; y, entre el 2 y el 7 de junio, hizo escala en Haydarpasa, enfrente de Estambul, lugar dónde posiblemente borró la matrícula que la Organización Marítima Internacional adjudica a todos los buques. Cuando salió a navegar, desconectó el sistema de identificación automática (AIS), que permite hacer un seguimiento del barco y que es obligatorio para buques comerciales de gran tamaño.
Hacia el mediodía del 10 de junio, la fragata italiana Carabinieri, que también formaba parte de la flota de la OTAN, entró en contacto con el Cirkin (ya renombrado) y recibió orden de permanecer junto al buque, lo que sirvió a la Courbet, al mando del operativo, para aproximarse a la zona. La Courbet pidió explicaciones por radio y el capitán del barco aseguró que los 54 contenedores que llevaba en cubierta (avistados por un avión espía estadounidense que sobrevoló la zona) contenían material sanitario, se desconoce el volumen de mercancía que llevaba en bodegas y cubiertas inferiores. Al parecer resultó poco convincente, por lo que la Courbet se preparó para una “inspección no cooperativa”.
Contrabando de armas
Durante la maniobra, dos fragatas turcas que escoltaban el convoy, la Oruçreis y la Gakova se interpusieron en su camino. Por tres veces, en un intervalo de solo 10 minutos, los radares de la Oruçreis iluminaron a la fragata francesa, lo que equivale a señalarla como objetivo de sus misiles; mientras que los tiradores turcos destaparon las ametralladoras de calibre 12.70 y se colocaron los chalecos antibalas. Un helicóptero SH-70 despegó del buque turco y se mantuvo en posición estacionaria sobre la cubierta sin llegar a alejarse.
El Ministerio de Defensa francés denunció la “conducta extremadamente agresiva y hostil” de Turquía contra “un buque de la OTAN, bajo mando de la OTAN, en misión de la OTAN”. Según se ha sabido luego, el Cirkin ya había sido interrogado por el buque griego Spetsai, integrado en la misión Irini de la UE, cuyo objetivo es precisamente vigilar el contrabando de armas hacia Libia. Sin embargo este hecho era desconocido por el Mando Marítimo de la OTAN, ya que, a mediados de mayo, a petición de Turquía, se había prescindido del oficial de enlace de la UE en el cuartel aliado de Northwood y no había intercambio de información entre ambas organizaciones.
Francia ha distribuido fotografías de la fragata turca, tomadas durante el incidente, que parecen avalar su versión, a juicio de los expertos.
Turquía, sin embargo, desmiente el incidente y pide disculpas públicas de Francia por tratarse de acusaciones serias y sucias.