"The following day, with little more than his experience and brilliance, ’Nivola’ would humiliate Mercedes, Auto-Union and the Nazi government in the German Grand Prix and the Nurburgring, the one and only time the German state-sponsored teams would be beaten between 1935 and the outbreak of war."
Fotografía coloreada por @smokeandmirrorsglobal para The Road Rat.
Bonito vídeo usando como banda sonora la canción «Nuvolari», de Lucio Dalla. Muy bonitos también los comentarios en off, que replican algunos versos de la canción:
«El 18 de julio de 1935 será siempre recordado como el día en que la mecánica de las emociones italiana aniquiló la fría y calculada meticulosidad alemana.
El clima en Nurburgring es infernal: todo el estado mayor nazi está listo para asistir al Gran Premio de Alemania. Los coches alemanes están a la vanguardia: nueve flechas de plata para homenajear al Führer. A ellos se oponen tres viejos Alfa Romeo P3 de Brivio, Chiron y Nuvolari preparados por el departamento de competición de un joven Enzo Ferrari.
Antes de la carrera Neubauer, legendario director deportivo de Mercedes Benz, declaró: "Nuvolari tiene sólo un glorioso pasado. El presente y el futuro pertenecen a los pilotos del Führer".
El as de Castel d’Ario, en la décima vuelta, enfila el Mercedes de Caracciola y llega al pit stop en primera posición. Pero los mecánicos, presa de la euforia, dañan el surtidor de gasolina y hacen que Nuvolari quede descolgado en la sexta plaza...
Toda esperanza parece perdida... pero Nuvolari renace como renace el lagarto: en dos vueltas ya va cuarto superando a su eterno rival, Luigi Fagioli, y luego... luego supera tambien a Rosemeyer y se pone tercero.
Desde boxes le indican que gestione la posición, pero "Nivola" es un ciclón y alcanza también Caracciola que no puede hacer nada contra ese concentrado de talento y desconsideración al que no le importa nada morir.
Al mando está Von Brauchitsch en el otro Mercedes. El alemán es un admirador de Nuvolari y cuando le informan que Tazio es segundo entra en pánico. Empieza la última vuelta y el P3 del as italiano está a 24 segundos. En el desesperado tentativo de contenerlo Von Brauchitsch destroza los neumáticos hasta hacerlos reventar. El locutor, que mantenía informados a los 300.000 espectadores, se queda sin palabras...
La cara de quien cuatro años más tarde haría temblar al mundo entero se convierte en una estatua de sal. Hitler está petrificado: un Alfa rojo está por delante de nueve flechas de plata, de la manera más rocambolesca, increible, espectacular... Tazio Nuvolari ha ganado...»
Brutal la fugaz secuencia entre el minuto 1:26 y 1:28 en la que se aprecia como Nuvolari pilotaba el pequeño Alfa sobre el asfalto húmedo recortando en curva el tiempo que perdía en recta frente a la exhuberante potencia de los enormes motores alemanes...
Forza Nivola!!!...
Saludos
P.S. «Mientras Nuvolari naufragaba entre las hojas de laurel de la corona, algunos millares de ojos azules fijaban tan abiertos como incrédulos los restos del bólido rojo sobre los que el italiano había cruzado en cabeza la meta. Buscaban inútilmente la explicación técnica de esta absurda victoria y, no hallándola, se desahogaban invocando "der Teufel", es decir, el diablo» (Indro Montanelli, periodista, 1935)
«Me di cuenta de que me perseguía el demonio» (Manfred Von Brauchitsch, piloto, 1935)