Como ya he contado en otro hilo, la semana pasada hicimos 1.900 km. por toda España.
Y las situaciones curiosas son muchas.
Sorprende la reacción de otros conductores cuando les alcanzas con la Giulia. Y, ojo, en viajes de ese calibre vamos tranquilos, algo por encima de los límites pero sin más.
Algunos te dejan pasar, casi se apartan. Parece como si ver la Giulia por el retrovisor intimidara. Quizá dé aspecto de coche más potente de lo que es.
Pero muchos otros se pican.
En la nacional entre Teruel y Soria, que alterna tramos rectos con otros de curvas, incluso algún puertecillo, alcanzamos a un Kia ¿Sportage?. SUV canónico. El caso es que empezó a acelerar y en las rectas se nos alejaba. Pero al llegar las curvas, veías la luz de freno incandescente, mientras se abría hacia el arcén -que se comía- para luego cortar pisando la raya central.Y todo ello mientras el SUV se bamboleaba de un lado a otro. Nosotros, en cambio, pasábamos como si tal cosa, sin bajar velocidad y sin pisar ni arcén ni carril contrario.
Luego se nos sumó un X5, que pronto quedó atrás, dando paso a un Serie 1 que en las curvas también se alejaba.
Más adelante, después de comer, alcanzamos a un Ibiza o León. También se echó a correr, hasta que, en una curva, y en pleno subviraje, casi se come una bionda.
Pero lo mejor fue un Suzuki Jimny que, cuando quisimos adelantarle en un pequeño tramo de línea discontínua, aceleró lo que pudo, obligándonos a abortar. Luego, en una recta larga, intento hacer lo mismo, pero, claro, sin éxito.
La verdad es que, en tramos con curvas es donde el coche saca lo mejor de sí.