Capítulo 58
Se acercaba el día de Calafat y los nervios estaban a flor de piel. Llevaba ya algo más de 1000kms y todo iba como la seda.
Así que por fin llegó el viernes, lo tenía todo preparado para irme esa misma noche para Tarragona y hacer noche allí. Estaba bastante cansado de toda la semana y que mejor que despertarse cerca del circuito.
Pues bien, cuando llevaba unos 100kms y estando muy cerca del destino, empiezo a notar que las luces cada vez alumbran menos y el cuadro apenas se iluminaba cuando me puse en lo peor. El alternador había muerto.
El coche avisa cuando el alternador no carga con el testigo de batería, pero nunca le hice caso porque desde el kilómetro 0 que estrené el coche, ese testigo siempre ha estado encendido y el alternador iba bien (lo comprobé el primer día). Lo achaqué a un problema muy común de la centralita “Alfa control” que te avisa de todas estas pequeñas averías. Además que el alternador era nuevo.
Así me encontraba, en mitad de la AP7, 11 de la noche, chispeando, 120kms/h, sin luces y el motor que empezaba a dar tirones y amagos de pararse. Reduje a 4ª y subí algo de revoluciones y el alternador se recuperó por uno segundos, pero nada, volvió a fallar. En ese momento vi la salida de Altafulla/Torredembarra a 1km. Reduje a 3ª y el alternador me volvió a dar unos segundos de tregua y los suficientes para llegar a vela con el motor parado hasta la salida. Quería evitar a toda costa quedarme en la cuneta.
En ese momento, se me vino el mundo abajo. Llevaba mucho tiempo esperando ese día y no me podía creer que me estuviese pasando aquello. Además, el alternador era nuevo, que era lo que más me hacía hervir la sangre.
Intenté buscar alguna solución allí mismo, pero todo parecía estar bien montado y lo que me estaba fastidiando era el regulador del alternador, el cual se habría jodido y no tenía forma de solucionarlo.
Por momentos me vine abajo y estuve apunto de enviar todo a la mierda, tanto tiempo esperando ese día y allí me veía tirado en mitad de la autopista, a escasas 10 horas de empezar el evento.
En ese momento de negatividad mental, me vino a la cabeza que en el taller tenia el alternador viejo, que supuestamente lo desmonté funcionando y debería de ir. Así que no me quedó otra que intentar poner aquel alternador que tenia a 100kms de mí. Veía una pequeña posibilidad de poder reconducir aquella pesadilla.
Tuve que luchar un buen rato con la aseguradora para que me dejara el coche en el taller y no en la base como desde un primer momento querían.
Así que después de un buen rato esperando la grúa, pudimos poner rumbo al taller. Llegamos a las 2:15 de la madrugada, el tiempo iba en mi contra. Me cambio de ropa y me pongo manos a la obra.
No podía parar de preguntarme como era posible que el nuevo no funcionase y el viejo sí, era ridículo.
Continué montando el viejo aun dudando de si aquello funcionaría. Crucé los dedos, le di al arranque y pude respirar tranquilo al ver que cargaba. Entre unas cosas y otras eran las 4:30, y no había dormido nada, aunque de momento estaba siendo recompensado. Viendo que aun me sobraba tiempo, también aproveché y cambié el cuadro por otro que tenía, para corroborar que el problema que tenia con las revoluciones venía de ahí. Y así fue, la aguja de las revoluciones empezó a funcionar correctamente.
Me pego una buena ducha, me cambio y vuelvo a poner rumbo a Calafat, el reloj marcaba las 6:30. A las 9 empezaban las verificaciones con lo que podía ir tranquilo y comer algo antes.
27 horas sin dormir, pero allí estábamos al pie del cañón. Los objetivos habían cambiado, la prioridad era volver a casa de una pieza y sin más sobresaltos.