Como algunos sabréis llevo tiempo ilusionado con poseer algún día un 916, que para mí es una referencia en diseño, una obra de arte sobre ruedas que cada vez es más dificil de ver por nuestras carreteras. Por ese motivo y porque llevaba ya un año y medio fuera de la marca, aunque estuve un año disfrutando de un Fiat GP Tjet al que le guardo mucho cariño, ya era hora de volver, echaba demasiado de menos el tacto de la dirección, el embrague tirando a duro, el bajarme del coche e ir con el cuello torcido mirandolo, y el que la gente me dijera que qué c*ño hago con un Alfa. Así que este pasado fin de semana fui hasta Ourense a buscar este pequeñín.
El coche exteriormente está casi perfecto, le falta una lámina de la calandra y al haberlo pintado le pegaron un poco mal los emblemas de Pininfarina, pero no tiene rascadas y la pintura está nueva. De interiores no tiene cuero, si no que son los asientos de tela y como alcántara pero está casi nuevo, tiene frenos y neumaticos nuevos y no hace ruidos raros. De motor lo único que me comentó el vendedor era que la junta de tapa de balancines sudaba un poco de aceite pero que era poca cosa y que no era nada urgente... El coche me convenció y nos lo llevamos. Salimos de Ourense el sábado a las 17h con destino a Barcelona, la idea era pasar la noche en Valladolid y proseguir el domingo por la mañana. El coche iba genial hasta que a 30km de Valladolid decidimos parar en una estación de servicio. Cuando salimos de comprar unos refrescos nos encontramos con el suelo lleno de refrigerante, el coche tenia un hilo de agua saliendo de lo que parecía un manguito... A esa hora pillamos agua y parando cada pocos km y rellenando conseguimos llegar hasta el hotel de Valladolid.
En ese punto estaba bastante jodido, si era un manguito no era nada grave, pero no sabía exactamente por donde estaba la fuga, no llevaba herramientas ni nada, era sábado por la noche y al otro día domingo así que poco se podía hacer. De hecho contacte a la desesperada con unlimited y Hector Pucela que me había comentando un amigo que eran de la zona, pero aunque intentaron ayudarme en lo que pudieron había poco que hacer. Para no aburrir, después de perder todo el domingo, esperamos el lunes a primera hora a que abriera un taller de al lado del hotel para llevar el coche, nos cambiaron el manguito y a las 11h pudimos reanudar el camino, llegando a las 23h a Barcelona.
Durante el viaje ya me di cuenta que algo no iba fino con la temperatura, vale que hacia casi 40 grados en algunos sitios pero al parar el coche en un semáforo o retención la aguja subía de 90 grados hasta 105 aproximadamente. Llevaba los huevos de corbata cada vez que veía obras en la carretera o un semáforo de los tocapelotas, pero por fin pude llegar a casa y dejar el coche en el parking.
Por ahora es una historia agridulce porque cuando vuelva de vacaciones tendré que ver que tiene el coche, el lado bueno es que me encanta incluso más que antes.
Así que me tendréis por aquí de vuelta una temporada más ;D ;D
Os dejo algunas más del bicho, que aunque tenía en mente haber hecho un buen reportaje al final con el estrés a penas hice fotos. Espero poder desquitarme en poco tiempo
El coche exteriormente está casi perfecto, le falta una lámina de la calandra y al haberlo pintado le pegaron un poco mal los emblemas de Pininfarina, pero no tiene rascadas y la pintura está nueva. De interiores no tiene cuero, si no que son los asientos de tela y como alcántara pero está casi nuevo, tiene frenos y neumaticos nuevos y no hace ruidos raros. De motor lo único que me comentó el vendedor era que la junta de tapa de balancines sudaba un poco de aceite pero que era poca cosa y que no era nada urgente... El coche me convenció y nos lo llevamos. Salimos de Ourense el sábado a las 17h con destino a Barcelona, la idea era pasar la noche en Valladolid y proseguir el domingo por la mañana. El coche iba genial hasta que a 30km de Valladolid decidimos parar en una estación de servicio. Cuando salimos de comprar unos refrescos nos encontramos con el suelo lleno de refrigerante, el coche tenia un hilo de agua saliendo de lo que parecía un manguito... A esa hora pillamos agua y parando cada pocos km y rellenando conseguimos llegar hasta el hotel de Valladolid.
En ese punto estaba bastante jodido, si era un manguito no era nada grave, pero no sabía exactamente por donde estaba la fuga, no llevaba herramientas ni nada, era sábado por la noche y al otro día domingo así que poco se podía hacer. De hecho contacte a la desesperada con unlimited y Hector Pucela que me había comentando un amigo que eran de la zona, pero aunque intentaron ayudarme en lo que pudieron había poco que hacer. Para no aburrir, después de perder todo el domingo, esperamos el lunes a primera hora a que abriera un taller de al lado del hotel para llevar el coche, nos cambiaron el manguito y a las 11h pudimos reanudar el camino, llegando a las 23h a Barcelona.
Durante el viaje ya me di cuenta que algo no iba fino con la temperatura, vale que hacia casi 40 grados en algunos sitios pero al parar el coche en un semáforo o retención la aguja subía de 90 grados hasta 105 aproximadamente. Llevaba los huevos de corbata cada vez que veía obras en la carretera o un semáforo de los tocapelotas, pero por fin pude llegar a casa y dejar el coche en el parking.
Por ahora es una historia agridulce porque cuando vuelva de vacaciones tendré que ver que tiene el coche, el lado bueno es que me encanta incluso más que antes.
Así que me tendréis por aquí de vuelta una temporada más ;D ;D
Os dejo algunas más del bicho, que aunque tenía en mente haber hecho un buen reportaje al final con el estrés a penas hice fotos. Espero poder desquitarme en poco tiempo