romeo
Gran Alfista
PARTE I: Una ilusión, un coche viejo y la administración pública
Estuvo abandonado en una localidad de Madrid durante un tiempo, unos años, más tarde vendido como chatarra, despojado de su kit Zender y posteriormente guardado en una nave industrial de un conocido forero, Marcoferro, quien emigró a las américas, por culpa de la crisis. Curiosamente cuando lo adquirió Marcoferro ya había tenido noticias del coche en AlfaCorse y me quedé con las ganas de quedármelo, pero no estaba a mi alcance.
Antes de irse, decidió poner en mis manos este coche que en silencio, cubierto de polvo e inmerso en la oscuridad esperaba el final de sus días. No tenía papeles en regla, revisiones mecánicas, ni siquiera se podía certificar que el coche andase o arrancase. Su destino serían tandas, servir de donante para otros coches o el terrible desguace. Había intentado conseguir los papeles rastreando hasta quien pudiera tenerlos. Pero recibí silencio en alguna ocasión, en otras me intentaron orientar (gracias rqtec, tygrell y gerar) como sus recuerdos les permitieron.
Pero con voluntad y paciencia, muchas cosas pueden cambiar y desde enero hasta hoy he estado informándome, con mi primo que ya había pasado por circunstancias similares, entre mi abogada, mi gestoría e internet para ver cómo podría conseguir que este coche pudiera volver legalmente a la vida. Y hoy, por fin, eso ya es una realidad:
Al margen de Marcoferro, a quien le estoy muy agradecido por su buena voluntad, quiero dar las gracias al forero Juank (quien a muchos ni os sonará), porque sin él, no habría podido llegar hasta aquí (él sabe por qué). Lo mismo para mi primo, que me orientó bastante, aunque él no creo que lea esto, jejej
PARTE II: El principio del viaje
La primera pregunta fue "cómo llevamos el coche". Problemón, porque el coche no tenía seguro, ni itv, ni estaba a mi nombre, ¡ni arrancaba!
Así que empecé a buscar grúas como un loco. Necesitaba una en 3 días. Y al final encontré una solución intermedia; como tenía la Zafira de mi suegro con bola de remolque, decidí buscar una plataforma de alquiler. Y encontré a un señor supermajo en Coslada que tenía una plataforma y nos la alquilaba. Fue gracioso, porque era Cubano y decía añorar los tiempos de Franco.
Y llegó el día D, hora H. Allí estábamos, mi padre, mi suegro, un amigo mío y Marcoferro. Y allí nos aguardaba la criatura:
Y así quedó después de pasarle la Karcher e hinchar un poquito las ruedas con un compresor de los chinos que casi salió ardiendo (me quemé los dedos al guardarlo):
Por dentro, casi se puede ver impoluto:
Ahora tocaba subirlo a la plataforma, con un poco de esfuerzo, ya que no contábamos con cable eléctrico para subirlo. Y el gran problemón, cuando lo fuimos a sujetar, manos a la cabeza. ¡Nos habíamos olvidado las eslingas! Momento de tensión, dudas y dar un repaso rápido a todo lo que teníamos disponible, cuerdas, cadenas, antirrobos... Y así, fue como nos lo llevamos, rezando porque no nos parara la Guardia Civil ni que el coche se despeñase al bajar por el Gurugú:
Durante el viaje:
Hubo un momento en que lo que vienen a ser las gónadas, se nos pusieron de corbata, nada más salir de anchuelo un coche de la guardia civil se nos puso detrás. Pero era la hora de comer y duraron tras de nosotros hasta el primer bar. Respiramos aliviados, llegamos a casa de mis padres y allí, en su aparcamiento durmió unos días bajo una funda de plástico hasta pensar qué hacer con él:
Continúa haciendo click aquí...
Estuvo abandonado en una localidad de Madrid durante un tiempo, unos años, más tarde vendido como chatarra, despojado de su kit Zender y posteriormente guardado en una nave industrial de un conocido forero, Marcoferro, quien emigró a las américas, por culpa de la crisis. Curiosamente cuando lo adquirió Marcoferro ya había tenido noticias del coche en AlfaCorse y me quedé con las ganas de quedármelo, pero no estaba a mi alcance.
Antes de irse, decidió poner en mis manos este coche que en silencio, cubierto de polvo e inmerso en la oscuridad esperaba el final de sus días. No tenía papeles en regla, revisiones mecánicas, ni siquiera se podía certificar que el coche andase o arrancase. Su destino serían tandas, servir de donante para otros coches o el terrible desguace. Había intentado conseguir los papeles rastreando hasta quien pudiera tenerlos. Pero recibí silencio en alguna ocasión, en otras me intentaron orientar (gracias rqtec, tygrell y gerar) como sus recuerdos les permitieron.
Pero con voluntad y paciencia, muchas cosas pueden cambiar y desde enero hasta hoy he estado informándome, con mi primo que ya había pasado por circunstancias similares, entre mi abogada, mi gestoría e internet para ver cómo podría conseguir que este coche pudiera volver legalmente a la vida. Y hoy, por fin, eso ya es una realidad:
Al margen de Marcoferro, a quien le estoy muy agradecido por su buena voluntad, quiero dar las gracias al forero Juank (quien a muchos ni os sonará), porque sin él, no habría podido llegar hasta aquí (él sabe por qué). Lo mismo para mi primo, que me orientó bastante, aunque él no creo que lea esto, jejej
PARTE II: El principio del viaje
La primera pregunta fue "cómo llevamos el coche". Problemón, porque el coche no tenía seguro, ni itv, ni estaba a mi nombre, ¡ni arrancaba!
Así que empecé a buscar grúas como un loco. Necesitaba una en 3 días. Y al final encontré una solución intermedia; como tenía la Zafira de mi suegro con bola de remolque, decidí buscar una plataforma de alquiler. Y encontré a un señor supermajo en Coslada que tenía una plataforma y nos la alquilaba. Fue gracioso, porque era Cubano y decía añorar los tiempos de Franco.
Y llegó el día D, hora H. Allí estábamos, mi padre, mi suegro, un amigo mío y Marcoferro. Y allí nos aguardaba la criatura:
Y así quedó después de pasarle la Karcher e hinchar un poquito las ruedas con un compresor de los chinos que casi salió ardiendo (me quemé los dedos al guardarlo):
Por dentro, casi se puede ver impoluto:
Ahora tocaba subirlo a la plataforma, con un poco de esfuerzo, ya que no contábamos con cable eléctrico para subirlo. Y el gran problemón, cuando lo fuimos a sujetar, manos a la cabeza. ¡Nos habíamos olvidado las eslingas! Momento de tensión, dudas y dar un repaso rápido a todo lo que teníamos disponible, cuerdas, cadenas, antirrobos... Y así, fue como nos lo llevamos, rezando porque no nos parara la Guardia Civil ni que el coche se despeñase al bajar por el Gurugú:
Durante el viaje:
Hubo un momento en que lo que vienen a ser las gónadas, se nos pusieron de corbata, nada más salir de anchuelo un coche de la guardia civil se nos puso detrás. Pero era la hora de comer y duraron tras de nosotros hasta el primer bar. Respiramos aliviados, llegamos a casa de mis padres y allí, en su aparcamiento durmió unos días bajo una funda de plástico hasta pensar qué hacer con él:
Continúa haciendo click aquí...