Pues yo por el contrario nunca fui alfista, es mi mujer la que estaba enamorada del 156 desde que salió. En aquella época imposible hacerse con uno. La necesidad mandaba y necesitaba una furgonetilla con la que sacar un extra vendiendo refrescos donde no llegaba el reparto de Makro, así que en casa entró un Berlingo.
Hace unos 12 años, encontré un 156 2.0 TS en muy buen estado y se lo regalé por su cumpleaños. Ella no tenía ni idea.
Después de tenerlo en casa, conducirlo, y también sufrirlo, es cuando empecé a enamorarme yo de la marca Ahora más feliz que nadie con mi Crosswagon.