Me fascinan estas marcas que, como Ferrari, y teniendo demanda asegurada, pueden hacer casi lo que les apetezca, especialmente, limitar su oferta global o la de alguno de sus modelos.
Siempre he tenido la impresión de que, por mercado al menos, Ferrari se mueve en un segmento distinto al de Porsche. Casi que, con alguna excepción, Ferrari empieza, siquiera por precios, donde Porsche se acaba.
Vamos, que Porsche necesita hacer SUVs y cierto volumen de ventas para subsistir (basta mirar resultados pre-Cayenne) y Ferrari, a fecha de hoy, no.
Veremos cuando electrifiquen. Que ya se sabe aquello de que "yo vendo motores y la carrocería la regalo".