a finales del 2001 compramos nuevo para uso particular un punto 1.9 de 60 cv para sustituir un ford fiesta de idéntica potencia. el coche lo usaba mi hermana y pronto empezó a sentir cierto desagrado en su uso, producto de una rumorosidad que ni el fiesta, con 350.000 km, presentaba. lo probé y constaté una compresión torpe, un exceso de ruido y vibraciones y la necesidad de llevar el coche siempre más alto de vueltas que el retirado ford. como en la empresa teníamos el mismo modelo en versión comercial, cotejé ambos y ví que éste último tenía un funcionamiento mucho más ágil a lo que se me recomendó esperar a pasar un pequeño período de rodaje de no sé si dos mil quinientos kilómetros, transcurridos los que se llevó el coche a taller para revisiones y testeos. éstos arrojaron la conformidad del concesionario y el malestar de la usuaria, que veía con incredulidad como un coche con ese cubicaje no era capaz de mantener la quinta marcha en recta a 70 km y precisaba de bajar la relación so pena de desarmarse el conjunto. como el chabacano funcionamiento mecánico era motivo de frecuentes discusiones y la compra había sido responsabilidad mía frente a ella y su novio que se pronunciaban por un peugeot, me veía obligado día sí y día también a ir con el automóvil al taller concesionario y perder tiempo con la gerencia, los comerciales y los mecánicos ( unos y otros lanzaban balones fuera, responsabilizando a éste o a aquel; realmente nunca ví una empresa en donde el personal se llevase tan mal entre sí, lo que a la fuerza ha de repercutir en el resultado y en la percepción de calidad del cliente ) hasta que me recomendaron contactar con fiat españa y exponer mis quejas ya que, según ellos, estaban atados de pies y manos y, si bien reconocían el tacto rudo y fuera de lugar del producto, los test habituales arrojaban resultados correctos.
me puse pues en contacto con la dirección y persona que me facilitó el concesionario y no olvidé la lista de coches que habíamos comprado desde 1997: dos alfas 156, un alfa 146, un alfa 166, un fiat punto van, un fiat seisciento van, un fiat seisciento suite y dos furgonetas fiat fiorino. el resultado fue igual de lacónico que el que han empleado para responderle al forero rodrialfa y la gestión un absoluto dispendio de tiempo y salud. el coche siguió dando por el culo y la única posibilidad que se me dejó clara era la opción de cambiarlo por otro modelo nuevo con el motor jtd a lo que nos negamos.
pasada la garantía, al cabo de cuatro años y con poco más de 60.000 km el punto fastidió la culata. ya ni recuerdo cual fue la razón, si la correa u otro motivo. se reparó en un tornero local ( angelito ) especialista en esos asuntos y se montó todo en el taller de mi buen amigo virgilio que, por entonces, tenía la agencia citroen local. a partir de ahí el funcionamiento del coche cambió totalmente e hizo que hasta yo mismo dejase en muchas ocasiones el 156 y usase el pequeño punto para muchas cosas. encontré un coche amplio y lúdico, cómodo para acceder a muchos lugares, con un gran maletero con los asientos tumbados y, si bien en frío era ruidoso, para nada volvió aquel desagrado y mantuvo siempre una buena compresión. no tengo ni idea de mecánica, no es lo mío ni lo que nadie de la familia: somos simples usuarios, pero a su recambio ni se nos ocurrió volver al concesionario en cuestión. es cierto que para la empresa seguimos trabajando con ellos, ya que eran los mejores clientes de lejos del sector de la automoción, pero siempre tuve clarísimo que ni ellos ni la marca estaban interesados en otra cosa que no fuese vender y facturar. en lo otro, atención al cliente y respeto, su compromiso es nulo y pretenden suplirlo con publicidad. su cuore y sentimiento es simple y puro márquetin.