Iñiguin
Alfista Junior
Entiendo que casi todos los que hemos adquirido un coche de segunda mano y hemos vuelto a nuestra ciudad, pueblo o demás con el, muchas veces con muchos km de distancia entre una y otra, habremos tenido esa sensación agridulce, rara, de que el coche no es lo que esperábamos. Este sentimiento es el que traje desde Barcelona cuando después de vender mi audi TT que estaba impoluto (lo limpiaba todas las semanas, sin ninguna mota de polvo, todo revisiones oficiales etc y de serie..) me encontré montado en un Brera con un olor a ambientador del Zarahome horroroso, rayones golpes y demás por toda la carrocería, neumáticos chungos, etc. La verdad es que tuve que hacer un acto de fe bastante grande para imaginarme que el coche iba a quedar como lo tengo ahora. Ha día de hoy puedo decir que soy un feliz poseedor de un carro-zo. En cuanto pueda os subo unas fotos..