Denebola
Alfista Consagrado
Creo que la historia merece ser contada y, aunque sea un poco larga, por extraña o por curiosidad creo que no os importará leerla. Y aunque parezca mentira o manipulado, os juro que lo que me ha sucedido, ocurrió tal y como os lo cuento. Espero que os guste:
Me registré en el foro hace un tiempo, con la ilusión y la esperanza de comprar ese fabuloso trasto que Alfa Romeo tiene pensado sacar algún día (Alfa 4C), pero la mala pata se cebó conmigo en un mes de Noviembre que espero olvidar lo antes posible.
El mismo día que hago la simulación para la compra del coche en el banco (entre lo que ya tenía ahorrado y el préstamo lo tenía hecho)… Va y me despiden, sin más explicación que la crisis actual.
Mis planes tocaban a su fin, y un golpe del destino me devolvía a la cruel realidad… No está el panorama como para ir haciéndose ilusiones con chasis de fibra de carbono. Quizá en un futuro no muy lejano, pero hoy por hoy, la situación es otra distinta.
No pasa nada, aún me queda mi fiel Fiat coupe 1.8……………………………….. ¿O tal vez no?
Por si no fuese suficiente todo lo que me había pasado, resulta que el coche comienza a tener problemas (concretamente, la dirección se desplaza hacia un lado, tiembla el volante y oigo un traqueteo incesante al pasar de 80 km/h), no era algo nuevo, ya le pasaba pero no con tanta intensidad… Por culpa de unos separadores de ruedas que el anterior dueño había colocado sin decirme nada en la compraventa, los tornillos de serie del coche no agarraban con fuerza las ruedas y los bujes, con el consiguiente desgaste de estos y lo que es peor… La reparación.
La eliminación de los separadores, la recuperación de los bujes, los tornillos nuevos y ¡¡¡Sorpresa!!! El sistema ABS se ha jodido también… Total, que me quedé sentado un rato en la acera, fuera del servicio oficial, meditando y maldiciendo mi mala suerte. No podía ser cierto que en dos semanas pierda el trabajo y el coche.
Caen cuatro gotas y decido entrar en el concesionario que la Fiat tiene junto al taller.
Ni os hacéis una idea de lo serio que estaba, así que decido darme una vueltecilla por allí para despejar la mente y decidir si reparo el coche o lo mando a tomar viento. Un abarth 500 de color rojo consiguió arrancarme una pequeña sonrisa pero, puestos a soñar, crucé la esquina y me planté en el concesionario Alfa Romeo sabiendo lo difícil que era conseguir una máquina de Arese. Pero…
Allí estaba, al fondo del todo, tapado por un Giulietta y flanqueado por un Brera diesel. Su cuerpo brillaba, nero carbonio rezaba el cartel que colgaba del parabrisas… ¿Es gasolina? (pregunté a la amable comercial que me atendía), y me senté para disfrutar el momento.
Llamadas, averiguaciones y mis ahorros para el 4C hicieron el resto. Necesitaba un coche porque la reparación del Fiat me resultaba muy cara, y para un coche de 12 años innecesaria, así que me lancé a la piscina. Fue un flechazo… Amor a primera vista que lo llaman algunos.
Señalicé el coche (allí mismo, en ese mismo instante), y me fui a casa (en tren) pensando que me había comprado un coche y estaba en el paro… Una locura.
Unos días más tarde, concretamente el 18 de Noviembre, mi novia me llevaba en su Ford Focus a recoger el nuevo y flamante coche, pero otra casualidad sonaba en mi bolsillo. Justo saliendo del garaje, la llamada mágica: Volvía a tener trabajo, me habían contratado para entrar a currar a un sitio mucho mejor y con mejores condiciones, así que como solía decir el genial Montes: Hoy puede ser un día maravilloso.
Así que en Noviembre lo perdí todo (trabajo y coche), pero también en Noviembre lo volví a recuperar todo, más grande, mejor y con más ilusión porque los problemas tarde o temprano se acaban solucionando.
Sin más dilación, os presento a mi nuevo amor, no sé si las fotos le harán justicia, pero lo cierto es que en vivo y en directo impacta de una manera que es difícil de explicar con palabras… Los vecinos amontonándose en el garaje para que les enseñe el “trasto” es la mejor baza para saber qué es lo que os intento decir:
Le he tenido que quitar la alfombrilla original porque se escurre debajo de los pedales y ya me ha dado más de un susto con el embrague. Tengo que descubrir como narices la puedo poner sin que se resbale bajo los pedales.
Y cómo no, la gracia del trasto este es llevarlo sin capota, aunque el tiempo no acompañaba a las fotos, me arriesgué a sacarlo a la calle para mostraros al Spider en toda su magnificencia:
¿Que os parece? Fue un riesgo comprarlo sin saber muy bien cuanto tiempo estaría sin trabajo, aún contando con mil apoyos (familiares), a todas luces parecía una locura que al final resultó ser un gran y maravilloso final feliz.
Era una oferta que no podía rechazar, un coche con 400 km en el odometro (el resto se los he hecho yo):
Aunque el precio casi que os lo dejo, como si fuese un concurso, a ver quién es el que acierta lo que me ha costado el Spider (Km 0, con unos 420 km en el marcador).
Por lo que a mi respecta, y a pesar de los malísimos comentarios que he leído por aquí sobre el 2.2 JTS "ceposférico", decir que vengo de un 130cv atmosférico, así que la conducción resulta maravillosa, EL SONIDO ES SIMPLEMENTE ORGÁSMICO, y la sensación de pilotar un Alfa Romeo Spider a 100 km/h entre campos y campos de naranjas... ¿Cuánta gente puede disfrutar así?
Yo, ahora, soy uno de ellos.
PD: Otro que está en el lado oscuro.
Me registré en el foro hace un tiempo, con la ilusión y la esperanza de comprar ese fabuloso trasto que Alfa Romeo tiene pensado sacar algún día (Alfa 4C), pero la mala pata se cebó conmigo en un mes de Noviembre que espero olvidar lo antes posible.
El mismo día que hago la simulación para la compra del coche en el banco (entre lo que ya tenía ahorrado y el préstamo lo tenía hecho)… Va y me despiden, sin más explicación que la crisis actual.
Mis planes tocaban a su fin, y un golpe del destino me devolvía a la cruel realidad… No está el panorama como para ir haciéndose ilusiones con chasis de fibra de carbono. Quizá en un futuro no muy lejano, pero hoy por hoy, la situación es otra distinta.
No pasa nada, aún me queda mi fiel Fiat coupe 1.8……………………………….. ¿O tal vez no?
Por si no fuese suficiente todo lo que me había pasado, resulta que el coche comienza a tener problemas (concretamente, la dirección se desplaza hacia un lado, tiembla el volante y oigo un traqueteo incesante al pasar de 80 km/h), no era algo nuevo, ya le pasaba pero no con tanta intensidad… Por culpa de unos separadores de ruedas que el anterior dueño había colocado sin decirme nada en la compraventa, los tornillos de serie del coche no agarraban con fuerza las ruedas y los bujes, con el consiguiente desgaste de estos y lo que es peor… La reparación.
La eliminación de los separadores, la recuperación de los bujes, los tornillos nuevos y ¡¡¡Sorpresa!!! El sistema ABS se ha jodido también… Total, que me quedé sentado un rato en la acera, fuera del servicio oficial, meditando y maldiciendo mi mala suerte. No podía ser cierto que en dos semanas pierda el trabajo y el coche.
Caen cuatro gotas y decido entrar en el concesionario que la Fiat tiene junto al taller.
Ni os hacéis una idea de lo serio que estaba, así que decido darme una vueltecilla por allí para despejar la mente y decidir si reparo el coche o lo mando a tomar viento. Un abarth 500 de color rojo consiguió arrancarme una pequeña sonrisa pero, puestos a soñar, crucé la esquina y me planté en el concesionario Alfa Romeo sabiendo lo difícil que era conseguir una máquina de Arese. Pero…
Allí estaba, al fondo del todo, tapado por un Giulietta y flanqueado por un Brera diesel. Su cuerpo brillaba, nero carbonio rezaba el cartel que colgaba del parabrisas… ¿Es gasolina? (pregunté a la amable comercial que me atendía), y me senté para disfrutar el momento.
Llamadas, averiguaciones y mis ahorros para el 4C hicieron el resto. Necesitaba un coche porque la reparación del Fiat me resultaba muy cara, y para un coche de 12 años innecesaria, así que me lancé a la piscina. Fue un flechazo… Amor a primera vista que lo llaman algunos.
Señalicé el coche (allí mismo, en ese mismo instante), y me fui a casa (en tren) pensando que me había comprado un coche y estaba en el paro… Una locura.
Unos días más tarde, concretamente el 18 de Noviembre, mi novia me llevaba en su Ford Focus a recoger el nuevo y flamante coche, pero otra casualidad sonaba en mi bolsillo. Justo saliendo del garaje, la llamada mágica: Volvía a tener trabajo, me habían contratado para entrar a currar a un sitio mucho mejor y con mejores condiciones, así que como solía decir el genial Montes: Hoy puede ser un día maravilloso.
Así que en Noviembre lo perdí todo (trabajo y coche), pero también en Noviembre lo volví a recuperar todo, más grande, mejor y con más ilusión porque los problemas tarde o temprano se acaban solucionando.
Sin más dilación, os presento a mi nuevo amor, no sé si las fotos le harán justicia, pero lo cierto es que en vivo y en directo impacta de una manera que es difícil de explicar con palabras… Los vecinos amontonándose en el garaje para que les enseñe el “trasto” es la mejor baza para saber qué es lo que os intento decir:
Le he tenido que quitar la alfombrilla original porque se escurre debajo de los pedales y ya me ha dado más de un susto con el embrague. Tengo que descubrir como narices la puedo poner sin que se resbale bajo los pedales.
Y cómo no, la gracia del trasto este es llevarlo sin capota, aunque el tiempo no acompañaba a las fotos, me arriesgué a sacarlo a la calle para mostraros al Spider en toda su magnificencia:
¿Que os parece? Fue un riesgo comprarlo sin saber muy bien cuanto tiempo estaría sin trabajo, aún contando con mil apoyos (familiares), a todas luces parecía una locura que al final resultó ser un gran y maravilloso final feliz.
Era una oferta que no podía rechazar, un coche con 400 km en el odometro (el resto se los he hecho yo):
Aunque el precio casi que os lo dejo, como si fuese un concurso, a ver quién es el que acierta lo que me ha costado el Spider (Km 0, con unos 420 km en el marcador).
Por lo que a mi respecta, y a pesar de los malísimos comentarios que he leído por aquí sobre el 2.2 JTS "ceposférico", decir que vengo de un 130cv atmosférico, así que la conducción resulta maravillosa, EL SONIDO ES SIMPLEMENTE ORGÁSMICO, y la sensación de pilotar un Alfa Romeo Spider a 100 km/h entre campos y campos de naranjas... ¿Cuánta gente puede disfrutar así?
Yo, ahora, soy uno de ellos.
PD: Otro que está en el lado oscuro.