Los 1.200 millones de dólares que Toyota pagará de multa por sus acelerones involuntarios
por Guillermo Alfonsin de 20 de Mar del 2014
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Las autoridades estadounidenses lo pintan como una multa ejemplificante para el resto de fabricantes, que deben tomar nota: "no hacer lo mismo que Toyota"
Se acabó. Cuatro años de investigación y discusiones y más de siete años desde que apareciera el primer caso del conocido como "
pedalgate", Toyota ha cerrado un acuerdo con la administración estadounidense para pagar una multa penal de 1.200 millones de dólares (casi 900 millones de euros), para dejar atrás todos los procesos legales abiertos contra la compañía nipona por sus coches que se aceleraban solos.
Y aunque te hemos contado mil y una veces los muchos detalles de esta escabrosa y larga historia, vamos a dedicar unos buenos minutos a recuperar la novela completa y ver lo que realmente implica este acuerdo.
La investigación ha durado cuatro años, y en total Toyota ha pagado cerca de 2.800 millones de dólares por su "pedalgate" entre multas y compensaciones
Todo arranca allá por 2007. La NHTSA, la entidad gubernamental estadounidense encargada de investigar la seguridad de los vehículos, recibe por primera vez quejas sobre varios Lexus ES350 que, sospechosamente, se aceleran solos sin control.
La investigación de la NHTSA, como suele ocurrir en estos casos, pasa por solicitar información a Toyota sobre posibles problemas del pedalier de ese vehículo de cara a efectuar correcciones en el mismo. Pero mientras se intercambia información la cosa se pone seria: En 2009 muere una familia a bordo de un Lexus ES350 tras circular varios kilómetros con el pedal de acelerador atascado, y sin posibilidad de accionar el freno.
Toyota, presionada por el interés público sobre estos posibles problemas, empieza a maniobrar, y decide realizar una llamada a revisión generalizada. El problema es que, en un intento de cubrir sospechas y evitar tanto gastarse mucho dinero en el proceso como recibir mala prensa sobre su trabajada imagen de marca, los nipones deciden no llamar a revisión a los propietarios de los modelos Corolla, al tiempo que no aclaran del todo el motivo de la llamada a revisión de los coches afectados, confundiendo al público "deliberadamente", como informaban ayer las autoridades estadounidenses.
Estudios internos de Toyota a esas alturas descubren que no sólo hay problemas con las alfombrillas que se atascan con los pedalieres, sino que también un buen número de coches tienen un problema de diseño en el pedal de acelerador, que hace que este se atasque en ciertas posiciones. Toyota, que iba a introducir un rediseño en el pedal justo en 2009, decide congelar ese rediseño para evitar que las autoridades estadounidenses se percaten de que hay otro problema y le obliguen a cambiar el pedal de acelerador también en un montón de millones de coches más.
Llega 2010, y los dichosos pedales de Toyota siguen causando problemas. De hecho, hasta 2014 al menos 5 muertes en accidentes de tráfico son achacadas al pedal de acelerador defectuoso de Toyota, o a interacciones con las alfombrillas.
Finalmente, tras muchas idas y venidas, para final de 2010 Toyota ya había llamado a revisión a más de 10 millones de coches en todo el planeta, instalando nuevos pedales de acelerador y modificando las unidades de control de motor para que, cuando se pisa el pedal de acelerador al mismo tiempo que el de freno, la centralita desactive el del acelerador (adiós punta tacón).
El problema es que las autoridades estadounidenses, tras esa llamada a revisión, decidieron investigar a Toyota por si la nefasta gestión de toda esta llamada a revisión y todo este defecto había sido deliberada o accidental. ¿Se habían causado muertes para proteger intereses económicos y de imagen de marca? ¿o simplemente Toyota se enteró tarde de los problemas de sus vehículos y por eso fue lenta en sus informaciones y acciones?
Con la investigación realizada durante los últimos cuatro años, lo que quedó claro es que Toyota sabía muy bien lo que hacía, y había manipulado la información y la manera de actuar a fin de defender sus intereses, aunque eso había significado que, en primera instancia, ciertos modelos de coches afectados por los problemas no habían sido llamados a revisar. Y de hecho, se daba especial importancia en las investigaciones a casos en los que los conductores pisaban equivocadamente el pedal de freno en lugar del acelerador, o al hecho de la interacción de una alfombrilla mal colocada, transfiriendo parte o la totalidad de culpa al cliente final.
Pero Toyota, que se encontraba ya entre la espada y la pared, no ha tenido otra solución que acabar firmando "la paz" con las autoridades estadounidenses. En el documento hecho público, Toyota reconoce haber gestionado deliberadamente mal este tema, haber manipulado y ocultado información a los clientes y a la NHTSA, y por ello pagará 1.200 millones de dólares de multa, como te comentábamos más arriba.
Además, Toyota queda durante tres años bajo inspección férrea por parte de las autoridades, que monitorearán las actividades de la firma en cuestiones de seguridad, a modo de "prueba" de buenas formas. En caso de incurrir en cualquier "descuido", el peso de la ley caerá con mayor fuerza sobre los nipones.
Llegar a un acuerdo ahora con las autoridades tiene puntos positivos para Toyota, en todo caso. Por un lado, evita causas penales y de responsabilidades sobre personas concretas de la compañía. Por otro, permite cerrar un capítulo que, cada vez que vuelve a los medios, implica mala imagen de marca para la firma.
Conviene recordar que Toyota ya llegó a un acuerdo de 1.600 millones de dólares dedicados a compensar a los propietarios de modelos afectados por las llamadas a revisión, para remediar la pérdida de valor de sus vehículos tras estos problemas, así como otras medidas en beneficio de los clientes, como extensiones de garantía y otros beneficios.
¿Moraleja? Estamos hablando de que Toyota se ha rascado el bolsillo por un total de 2.800 millones de dólares en dos años por culpa del "pedalgate". Y claro, las autoridades avisan: "Esto debe servir de aviso al resto de fabricantes, para que no repitan lo que Toyota ha hecho".
A todos nos viene a la mente inmediatamente
General Motors y su recién emprendido caso del bulón de la llave defectuoso de los Cobalt y compañía... ¿Acabará el gigante de Detroit pagando otra multa mil-millonaria?
http://es.autoblog.com/2014/03/20/los-1-200-millones-de-dolares-que-toyota-pagara-de-multa-por-sus/