La Fórmula 1 del futuro revoluciona sus reglas y gracias al nuevo motor propuesto podría regresar Alfa Romeo
Liberty Media, los nuevos amos de la Fórmula 1, están dando la vuelta a la especialidad y muchas miradas que hasta ahora no prestaban atención vuelven a fijarse en ella. Si hace poco retornaba Adidas, una firma que nada tuvo que ver con el automovilismo durante años, son ahora otras las interesadas y ya hay varias marcas automovilistas las que se han mostrado su sonrisa. La primera que podría retornar al circo es precisamente la primera que se llevó un título mundial en 1950: Alfa Romeo. La marca de Turín depende del conglomerado FCA (Fiat Chrysler Automobiles) y desde que asumió la presidencia del grupo los planes de Sergio Marchionne no terminan de salirse del todo bien. El empresario se siente acosado por sospechas de falseo en las cifras de ventas del grupo con franquicias como Fiat, Chrysler, Dodge o Jeep, con inspectores del Dieselgate haciendo preguntas incómodas y con una implantación de sus planes de una forma más lenta de lo esperado. Una de las pocas cosas que le han salido verdaderamente bien, al menos de forma puntual, fue la primera victoria en año y medio de la escudería Ferrari en la carrera inaugural de Australia esta temporada 2017. Tan contento estaba el directivo que su gabinete de comunicación emitió un mensaje apenas quince minutos después de caer la bandera sacando pecho por los chicos de rojo y los éxitos que aún están por llegar. Lo que no dijo, porque aún no había ocurrido, es que al día siguiente las acciones de Ferrari subieron en bolsa más del dos por ciento. Ganar carreras equivale a ganar dinero en el parqué.
Jugada político-económica
Es por esto que en los planes de futuro del italiano se baraja volver a ver a la formación del trébol en la Fórmula 1. Ojo, la jugada no es deportiva, sino político-económica. Ferrari es la formación que más dinero recibe de forma sistemática desde hace años de la F1 y más de la mitad, una cifra valorada en unos cien millones de euros, es por el mero hecho de ser quienes son. El llamado “bono histórico” supone un tercio de su presupuesto anual y los nuevos amos de la competición quieren acabar con esa onerosa ventaja; desventaja para el resto. Es por esto que FCA, la propietaria, se está preparando en el plano de los despachos para mantener su status. Se cree que perderá a Sauber como formación cercana en base a la cesión de motores en condiciones ventajosas que puede acabar equipando Honda. Ahora los yankees de Haas parecen ser los hermanos pequeños, y la posible llega de Alfa Romeo dejaría a Maranello con el control de casi un tercio de la parrilla. A esto hay que sumar que cuando Liberty Media llegó a la F1 ofreció acciones de su negocio a las escuderías y hubo una sola que les compró acciones: Ferrari. No es que los italianos sean propietarios de la Formula 1, sino copropietarios de sus dueños… y podrán decidir su destino.
El posible retorno de Alfa Romeo tras tres décadas alejados de la más alta categoría del automovilismo viene marcado por la presencia esta semana de Heinz Harald Wester en la reunión celebrada en Paris para diseñar el futuro motor de la Fórmula 1. El actual seis cilindros híbrido y con regeneración de energía cumple con su función “ecológica” de cara al público y las autoridades de la Unión Europea, pero resulta caro, complejo, y ha creado una situación deportiva lejana a lo deseable. Mercedes y Ferrari parecen haber cogido el tranquillo a la arquitectura, pero Renault y Honda aún no, y esto crea diferencias insalvables que se quieren rebajar.
Más interesados en los cambios
En la reunión estuvieron sentados representantes de ocho marcas y entre ellas Audi, Lamborghini o Porsche. Esto no quiere decir que vayan a ingresar, pero sí que están interesados en ver que sale de ahí. El plan previsto es liquidar el actual propulsor al final de 2020, que era lo programado, y se celebra una ronda de consultas y reuniones para decidir cuál puede ser el sucesor. Todo apunta a que la sección térmica siga siendo similar, seis cilindros y probablemente un cubicaje rebajado o que se rebaje el número de pistones a cuatro, y pase lo que pase se mantenga el sistema recuperación de energía cinética. Este dispositivo genera carga eléctrica en las frenadas, y es barato y fácil de gestionar. El quebradero de cabeza llega con el llamado MGU-H, sistema de recuperación de energía procedente del calor que emite el bloque. Esto vuelve locos a los técnicos y encarece mucho el producto. Manteniendo lo primero se consigue dar cierto toque ‘verde’ a unos motores y si se elimina lo segundo se rebajará mucho sus costes de desarrollo. Otra de las jugadas es diseñar motores que recuperen el alarido que antes escupían por sus escapes los F1 y que ahora pasa por un ruido poco espectacular. La presión del actual turbo devora los decibelios y que apenas superen las 12.000 RPM en orden de marcha no ayuda a lograr esto. Las relativas bajas vueltas a las que funcionan, con límite en 15.000, se mantienen para garantizar su fiabilidad, pero que vuelvan a subir más su régimen de giro es algo que está encima de la mesa.
A pesar de sus pegas deportivas, los logros técnicos de los actuales motores son impresionantes. Han conseguido igualar a sus predecesores con un 30% menos de consumo, y su eficiencia energética es cercana al 50%, cuando la de los coches de calle actuales más avanzados, en base a pérdidas por calor, fricción, y gases rondan un 25 o 30% en el mejor de los casos.
La Fórmula 1 del futuro, o al menos la soñada por la FIA, debería tener al menos seis motoristas, sonará mucho más, los motores estarán muy igualados, y curiosamente se romperán más. Estarán más al límite y las averías mecánicas serán un ingrediente más, ahora bastante perdido. El plan promete, y muchos están echando cuentas para estar dentro.
http://extraconfidencial.com/noticias/la-formula-1-del-futuro-revoluciona-sus-reglas-y-gracias-al-nuevo-motor-propuesto-podria-regresar-alfa-romeo/
Liberty Media, los nuevos amos de la Fórmula 1, están dando la vuelta a la especialidad y muchas miradas que hasta ahora no prestaban atención vuelven a fijarse en ella. Si hace poco retornaba Adidas, una firma que nada tuvo que ver con el automovilismo durante años, son ahora otras las interesadas y ya hay varias marcas automovilistas las que se han mostrado su sonrisa. La primera que podría retornar al circo es precisamente la primera que se llevó un título mundial en 1950: Alfa Romeo. La marca de Turín depende del conglomerado FCA (Fiat Chrysler Automobiles) y desde que asumió la presidencia del grupo los planes de Sergio Marchionne no terminan de salirse del todo bien. El empresario se siente acosado por sospechas de falseo en las cifras de ventas del grupo con franquicias como Fiat, Chrysler, Dodge o Jeep, con inspectores del Dieselgate haciendo preguntas incómodas y con una implantación de sus planes de una forma más lenta de lo esperado. Una de las pocas cosas que le han salido verdaderamente bien, al menos de forma puntual, fue la primera victoria en año y medio de la escudería Ferrari en la carrera inaugural de Australia esta temporada 2017. Tan contento estaba el directivo que su gabinete de comunicación emitió un mensaje apenas quince minutos después de caer la bandera sacando pecho por los chicos de rojo y los éxitos que aún están por llegar. Lo que no dijo, porque aún no había ocurrido, es que al día siguiente las acciones de Ferrari subieron en bolsa más del dos por ciento. Ganar carreras equivale a ganar dinero en el parqué.
Jugada político-económica
Es por esto que en los planes de futuro del italiano se baraja volver a ver a la formación del trébol en la Fórmula 1. Ojo, la jugada no es deportiva, sino político-económica. Ferrari es la formación que más dinero recibe de forma sistemática desde hace años de la F1 y más de la mitad, una cifra valorada en unos cien millones de euros, es por el mero hecho de ser quienes son. El llamado “bono histórico” supone un tercio de su presupuesto anual y los nuevos amos de la competición quieren acabar con esa onerosa ventaja; desventaja para el resto. Es por esto que FCA, la propietaria, se está preparando en el plano de los despachos para mantener su status. Se cree que perderá a Sauber como formación cercana en base a la cesión de motores en condiciones ventajosas que puede acabar equipando Honda. Ahora los yankees de Haas parecen ser los hermanos pequeños, y la posible llega de Alfa Romeo dejaría a Maranello con el control de casi un tercio de la parrilla. A esto hay que sumar que cuando Liberty Media llegó a la F1 ofreció acciones de su negocio a las escuderías y hubo una sola que les compró acciones: Ferrari. No es que los italianos sean propietarios de la Formula 1, sino copropietarios de sus dueños… y podrán decidir su destino.
El posible retorno de Alfa Romeo tras tres décadas alejados de la más alta categoría del automovilismo viene marcado por la presencia esta semana de Heinz Harald Wester en la reunión celebrada en Paris para diseñar el futuro motor de la Fórmula 1. El actual seis cilindros híbrido y con regeneración de energía cumple con su función “ecológica” de cara al público y las autoridades de la Unión Europea, pero resulta caro, complejo, y ha creado una situación deportiva lejana a lo deseable. Mercedes y Ferrari parecen haber cogido el tranquillo a la arquitectura, pero Renault y Honda aún no, y esto crea diferencias insalvables que se quieren rebajar.
Más interesados en los cambios
En la reunión estuvieron sentados representantes de ocho marcas y entre ellas Audi, Lamborghini o Porsche. Esto no quiere decir que vayan a ingresar, pero sí que están interesados en ver que sale de ahí. El plan previsto es liquidar el actual propulsor al final de 2020, que era lo programado, y se celebra una ronda de consultas y reuniones para decidir cuál puede ser el sucesor. Todo apunta a que la sección térmica siga siendo similar, seis cilindros y probablemente un cubicaje rebajado o que se rebaje el número de pistones a cuatro, y pase lo que pase se mantenga el sistema recuperación de energía cinética. Este dispositivo genera carga eléctrica en las frenadas, y es barato y fácil de gestionar. El quebradero de cabeza llega con el llamado MGU-H, sistema de recuperación de energía procedente del calor que emite el bloque. Esto vuelve locos a los técnicos y encarece mucho el producto. Manteniendo lo primero se consigue dar cierto toque ‘verde’ a unos motores y si se elimina lo segundo se rebajará mucho sus costes de desarrollo. Otra de las jugadas es diseñar motores que recuperen el alarido que antes escupían por sus escapes los F1 y que ahora pasa por un ruido poco espectacular. La presión del actual turbo devora los decibelios y que apenas superen las 12.000 RPM en orden de marcha no ayuda a lograr esto. Las relativas bajas vueltas a las que funcionan, con límite en 15.000, se mantienen para garantizar su fiabilidad, pero que vuelvan a subir más su régimen de giro es algo que está encima de la mesa.
A pesar de sus pegas deportivas, los logros técnicos de los actuales motores son impresionantes. Han conseguido igualar a sus predecesores con un 30% menos de consumo, y su eficiencia energética es cercana al 50%, cuando la de los coches de calle actuales más avanzados, en base a pérdidas por calor, fricción, y gases rondan un 25 o 30% en el mejor de los casos.
La Fórmula 1 del futuro, o al menos la soñada por la FIA, debería tener al menos seis motoristas, sonará mucho más, los motores estarán muy igualados, y curiosamente se romperán más. Estarán más al límite y las averías mecánicas serán un ingrediente más, ahora bastante perdido. El plan promete, y muchos están echando cuentas para estar dentro.
http://extraconfidencial.com/noticias/la-formula-1-del-futuro-revoluciona-sus-reglas-y-gracias-al-nuevo-motor-propuesto-podria-regresar-alfa-romeo/