Denebola
Alfista Consagrado
Amantes de los Alfas, compañeros, inversores de clínicas de la visión y ópticos en general, preparad vuestras retinas para este” pequeño” artículo de opinión.
Quisiera dedicarlo a todos en general, a los del subforo BRERISTAS y al compañero gaincho en particular, no sólo por tener el mismo vehículo que yo (personas con criterio que somos), si no por lo mucho que me ayudó con un par de asuntillos sobre nuestros Spiders. Gracias.
Imaginad por un momento que Giugiaro no diseñara coches, que lo suyo fuesen los fogones, sartenes y la cocina en general… En un arranque de pasión italiana, habría sido él quién idease algo tan simple y a la vez tan maravilloso cómo las fresas espolvoreadas con azúcar. Si viviésemos en ese hipotético y calórico mundo, sin lugar a dudas Pininfarina habría sido el tío que puso un pegote de nata al genial postre de Giugiaro. Y es que ¿cómo mejorar lo que a priori parece inmejorable?
El Spider es un Brera con nata montada. Una frivolidad, un plus, algo más…
Este proyecto ZAR 939, engendrado y parido por Pininfarina y el Centro Stile Alfa Romeo, vería la luz en el salón de Ginebra de 2006 (llevándose el premio al mejor cabrio en el susodicho Show), apreciándose claramente su herencia genética, siguiendo fielmente la línea marcada por el 159 y el Brera, cupé del que deriva directamente. Así pues sustituye y reemplaza al GTV Spider, una belleza rodante, en la lista de “cielos abiertos” de Alfa Romeo.
Cómo tampoco quiero aburrir mucho con datos técnicos, versiones, etc… (El foro, wikipedia e internet en su conjunto son fuentes inagotables de conocimientos sobre el Spider), me limitaré a dar unas impresiones sobre la unidad que tengo entre manos, un Alfa Romeo Spider 2.2 jts con cambio manual, de finales del 2008.
MOTOR:
Para empezar, haré una pequeña reseña sobre el motor, algo que a priori resulta importantísimo a la hora de elegir un coche y que en este modelo concreto, para ser sincero, me parece algo secundario y superfluo (más tarde explicaré el por qué de esta afirmación).El bloque del motor está proporcionado por GM para Fiat, concretamente la familia de motores II L61 con culata y bloque de aluminio, pero muy modificado para usarlo en el Alfa.
185 cv a 6500rpm y 230 Nm a 4500rpm… Cifras que muchos ven insuficientes para un coche de tonelada y media. Bueno, podría ser así si lo comparamos con otros vehículos en su rango de precios, pero es más que suficiente para mover el coche y hacer lo que se nos venga en gana. No pretendo excusarlo, ni mucho menos, ni tan siquiera considero al Spider como si fuese un deportivo. Más bien tiene comportamiento de berlina, aunque su aspecto insinúe otra cosa. Si quisiera ser el rey del semáforo o participar en track days habría comprado otra cosa.
Sube bien de vueltas (bastante rápido), la relación de cambios está muy bien y te permite (con algo de pericia) mantener una conducción más deportiva de lo que en un principio podrías haber imaginado sólo viendo los datos técnicos sobre el papel. Y es que este coche es más de sensaciones que de otra cosa, algo que repetiré varias veces en el análisis. La gran ventaja de este motor gasolina es, por encima de todo, el sonido que emite. A bajas revoluciones es ronco, muy mecánico, notas los tejemanejes de la transmisión, cómo cada diente y engranaje engancha con su homólogo (sobre todo al cambiar de marcha), pero es el escape el que se lleva la palma… Sublime en todos los rangos, pero si se os ocurre pasar de las 4000 vueltas, sucede algo maravilloso que da la sensación de ser más gordo que un simple 4 cilindros.
“Así debe sonar el ronroneo de una prostituta de lujo mientras te hace una mamada” Fue lo primero que pensé al oír el 2.2 sobre las 4000 vueltas (guantazo de mi novia incluido, pensad las cosas antes de decirlas en voz alta).
Por el contrario, todo este frenesí auditivo y el empuje del motor se traducen en un gran consumo. Aunque en ocasiones puedes ver en el ordenador un esperanzador 7l/100km o un fantasioso 5´5l/100km, las pasarás verdaderamente canutas para bajar el consumo de 9 o 10 litros, y da igual lo que marquen las especificaciones técnicas, es bastante complicado a no ser que seas comedido con el pie derecho, algo que por desgracia no soy. Las cosas como son, aunque eso no quita para que en mi mente repiquetee constante la sempiterna frase: “el dinero mejor gastado a lo largo del día es el que entra por el depósito de mi Alfa”.
INTERIOR Y COMPORTAMIENTO:
Abrimos sus puertas y comprobamos lo que esconde en su interior.
Parece que tienes algo importante entre manos. El acabado de las puertas, salpicadero, calidad de los plásticos, el aluminio… He subido a otros coches y en ninguno me he sentido tan arropado como en éste. El Spider es un coche egoísta, es sólo para el conductor pues todos los mandos lo miran a él y lo abrazan cual amantísima madre. El copiloto es un mero espectador, apenas puede subir o bajar la ventanilla o juguetear con los calendarios que guardas en la guantera, eso sí, un detalle el climatizador bi-zona con salidas de aire independientes. Pero en definitiva, el habitáculo del Spider es exclusivamente para uso y disfrute del conductor.
Benzina, Acqua, Olio, un gran botón para encender el motor, detalles que sólo un coche italiano puede transformar en algo más que un simple mecanismo funcional. El diseño por encima de la practicidad, aunque en este Spider casi todo cumple a la perfección.
Tengo que reconocer que con 1´83m de estatura, aún no acabo de pillarle el truco a los asientos forrados de Alfatex. El asiento es cómodo (algo más de agarre en la zona lumbar no habría estado mal), pero difícilmente llegas a conseguir no dar con la rodilla en la palanca del control de velocidad. Esto sería sencillo en un coche más normal, pero la gran inclinación del parabrisas y lo bajo que queda el arco superior del mismo con respecto al ángulo de visión sobre el largo capó, hacen que debas jugar a tres bandas: el asiento lo suficientemente bajo como para que la cabeza no roce con el techo, pero lo suficientemente alto como para que te permita ver más allá del morro sin comprometer el espacio de las piernas… Muchos minutos de acople.
Sigue...
Quisiera dedicarlo a todos en general, a los del subforo BRERISTAS y al compañero gaincho en particular, no sólo por tener el mismo vehículo que yo (personas con criterio que somos), si no por lo mucho que me ayudó con un par de asuntillos sobre nuestros Spiders. Gracias.
Imaginad por un momento que Giugiaro no diseñara coches, que lo suyo fuesen los fogones, sartenes y la cocina en general… En un arranque de pasión italiana, habría sido él quién idease algo tan simple y a la vez tan maravilloso cómo las fresas espolvoreadas con azúcar. Si viviésemos en ese hipotético y calórico mundo, sin lugar a dudas Pininfarina habría sido el tío que puso un pegote de nata al genial postre de Giugiaro. Y es que ¿cómo mejorar lo que a priori parece inmejorable?
El Spider es un Brera con nata montada. Una frivolidad, un plus, algo más…
Este proyecto ZAR 939, engendrado y parido por Pininfarina y el Centro Stile Alfa Romeo, vería la luz en el salón de Ginebra de 2006 (llevándose el premio al mejor cabrio en el susodicho Show), apreciándose claramente su herencia genética, siguiendo fielmente la línea marcada por el 159 y el Brera, cupé del que deriva directamente. Así pues sustituye y reemplaza al GTV Spider, una belleza rodante, en la lista de “cielos abiertos” de Alfa Romeo.
Cómo tampoco quiero aburrir mucho con datos técnicos, versiones, etc… (El foro, wikipedia e internet en su conjunto son fuentes inagotables de conocimientos sobre el Spider), me limitaré a dar unas impresiones sobre la unidad que tengo entre manos, un Alfa Romeo Spider 2.2 jts con cambio manual, de finales del 2008.
MOTOR:
Para empezar, haré una pequeña reseña sobre el motor, algo que a priori resulta importantísimo a la hora de elegir un coche y que en este modelo concreto, para ser sincero, me parece algo secundario y superfluo (más tarde explicaré el por qué de esta afirmación).El bloque del motor está proporcionado por GM para Fiat, concretamente la familia de motores II L61 con culata y bloque de aluminio, pero muy modificado para usarlo en el Alfa.
185 cv a 6500rpm y 230 Nm a 4500rpm… Cifras que muchos ven insuficientes para un coche de tonelada y media. Bueno, podría ser así si lo comparamos con otros vehículos en su rango de precios, pero es más que suficiente para mover el coche y hacer lo que se nos venga en gana. No pretendo excusarlo, ni mucho menos, ni tan siquiera considero al Spider como si fuese un deportivo. Más bien tiene comportamiento de berlina, aunque su aspecto insinúe otra cosa. Si quisiera ser el rey del semáforo o participar en track days habría comprado otra cosa.
Sube bien de vueltas (bastante rápido), la relación de cambios está muy bien y te permite (con algo de pericia) mantener una conducción más deportiva de lo que en un principio podrías haber imaginado sólo viendo los datos técnicos sobre el papel. Y es que este coche es más de sensaciones que de otra cosa, algo que repetiré varias veces en el análisis. La gran ventaja de este motor gasolina es, por encima de todo, el sonido que emite. A bajas revoluciones es ronco, muy mecánico, notas los tejemanejes de la transmisión, cómo cada diente y engranaje engancha con su homólogo (sobre todo al cambiar de marcha), pero es el escape el que se lleva la palma… Sublime en todos los rangos, pero si se os ocurre pasar de las 4000 vueltas, sucede algo maravilloso que da la sensación de ser más gordo que un simple 4 cilindros.
“Así debe sonar el ronroneo de una prostituta de lujo mientras te hace una mamada” Fue lo primero que pensé al oír el 2.2 sobre las 4000 vueltas (guantazo de mi novia incluido, pensad las cosas antes de decirlas en voz alta).
Por el contrario, todo este frenesí auditivo y el empuje del motor se traducen en un gran consumo. Aunque en ocasiones puedes ver en el ordenador un esperanzador 7l/100km o un fantasioso 5´5l/100km, las pasarás verdaderamente canutas para bajar el consumo de 9 o 10 litros, y da igual lo que marquen las especificaciones técnicas, es bastante complicado a no ser que seas comedido con el pie derecho, algo que por desgracia no soy. Las cosas como son, aunque eso no quita para que en mi mente repiquetee constante la sempiterna frase: “el dinero mejor gastado a lo largo del día es el que entra por el depósito de mi Alfa”.
INTERIOR Y COMPORTAMIENTO:
Abrimos sus puertas y comprobamos lo que esconde en su interior.
Parece que tienes algo importante entre manos. El acabado de las puertas, salpicadero, calidad de los plásticos, el aluminio… He subido a otros coches y en ninguno me he sentido tan arropado como en éste. El Spider es un coche egoísta, es sólo para el conductor pues todos los mandos lo miran a él y lo abrazan cual amantísima madre. El copiloto es un mero espectador, apenas puede subir o bajar la ventanilla o juguetear con los calendarios que guardas en la guantera, eso sí, un detalle el climatizador bi-zona con salidas de aire independientes. Pero en definitiva, el habitáculo del Spider es exclusivamente para uso y disfrute del conductor.
Benzina, Acqua, Olio, un gran botón para encender el motor, detalles que sólo un coche italiano puede transformar en algo más que un simple mecanismo funcional. El diseño por encima de la practicidad, aunque en este Spider casi todo cumple a la perfección.
Tengo que reconocer que con 1´83m de estatura, aún no acabo de pillarle el truco a los asientos forrados de Alfatex. El asiento es cómodo (algo más de agarre en la zona lumbar no habría estado mal), pero difícilmente llegas a conseguir no dar con la rodilla en la palanca del control de velocidad. Esto sería sencillo en un coche más normal, pero la gran inclinación del parabrisas y lo bajo que queda el arco superior del mismo con respecto al ángulo de visión sobre el largo capó, hacen que debas jugar a tres bandas: el asiento lo suficientemente bajo como para que la cabeza no roce con el techo, pero lo suficientemente alto como para que te permita ver más allá del morro sin comprometer el espacio de las piernas… Muchos minutos de acople.
Sigue...