Ayer mismo, 2 de mayo de 2021, se cumplieron 35 años del accidente que le costó la vida a Henri Toivonen y a su copiloto Sergio Cresto en el Tour de Corse. La carrera de Toivonen había despegado y el joven piloto tenía todos los números para ser el nuevo campeón del mundo. Pero no pudo ser.
El Lancia Delta S4 que pilotaba con el nº 4 se salió de la carretera, cayó por un barranco y chocó violentamente contra un arbol. La brutalidad del impacto hizo que el depósito de gasolina reventara y el coche quedó inmediatamente envuelto en una bola de fuego.
No tuvieron ninguna oportunidad. Impresionaba la imagen de los restos del vehículo calcinado, que se limitaban a un chasis tubular retorcido por el golpe y poca cosa más...
Justo un año antes, el 2 de mayo de 1985, tambien en el Tour de Corse y con el mismo nº 4, había fallecdo en accidente otro piloto de Lancia: Attilio Bettega. Tres trágicas coincidencias. A los mandos de un Lancia 037, se salía de la carretera y chocaba también contra un arbol. El impacto se concentraba en el lado del conductor, que perdería la vida, mientras su copiloto salía ileso.
Dos accidentes en el mismo rally, con un año justo de diferencia: el de Attilio Bettega fue un toque de atención que puso en el punto de mira a ese tipo de coches, los «Grupo B», una auténtica brutalidad mecánica difícil de gestionar y de peligrosas consecuencias en caso de accidente; el de Henri Toivonen fue la gota que colmó el vaso: los «Grupo B» quedaban sentenciados a desaparecer.
Saludos
El Lancia Delta S4 que pilotaba con el nº 4 se salió de la carretera, cayó por un barranco y chocó violentamente contra un arbol. La brutalidad del impacto hizo que el depósito de gasolina reventara y el coche quedó inmediatamente envuelto en una bola de fuego.
No tuvieron ninguna oportunidad. Impresionaba la imagen de los restos del vehículo calcinado, que se limitaban a un chasis tubular retorcido por el golpe y poca cosa más...
Justo un año antes, el 2 de mayo de 1985, tambien en el Tour de Corse y con el mismo nº 4, había fallecdo en accidente otro piloto de Lancia: Attilio Bettega. Tres trágicas coincidencias. A los mandos de un Lancia 037, se salía de la carretera y chocaba también contra un arbol. El impacto se concentraba en el lado del conductor, que perdería la vida, mientras su copiloto salía ileso.
Dos accidentes en el mismo rally, con un año justo de diferencia: el de Attilio Bettega fue un toque de atención que puso en el punto de mira a ese tipo de coches, los «Grupo B», una auténtica brutalidad mecánica difícil de gestionar y de peligrosas consecuencias en caso de accidente; el de Henri Toivonen fue la gota que colmó el vaso: los «Grupo B» quedaban sentenciados a desaparecer.
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